sábado, 3 de julio de 2010

Entrada 1- I met Jose

Después de 10 días de solitud que se convertían en soledad decidi embarcarme en un a mision de forzada socialización en la cual baje a la calle mas concurrida y economicamente activa del vecindario en el que recido estos dias (Rainier St) de la cual tras una mediocre examinación, termine en el Columbia City Ale House sentado en la barra - porque si vas emprender una mision en solitario, hasta el mas novato de lo bebedores sabe que debes sentarte en la barra-.
En dicha barra termine al lado de un hombre corto de estatura, moreno de tez y largo de cabellera cana. Después de algunos minutos mudos uno de los garroteros/lavaplatos incurrió en una platica en español que me dio la perfecta entrada para entrometerme en una conversación con ellos: "fútbol". Platica que solo duro algunos segundo pues el mencionado garrotero/lavaplatos debía regresar a sus labores pero que inicio una conversación con el cano latino que quedaba a mi lado; su nombre era Jose (Jose Marquez para ser precisos pero eso no lo descubriría hasta que me diera su tarjeta de presentación) anteojos pequeños, olor a pachuli y lleno de historias.
Jose y yo comenzamos a platicar sobre fútbol, lo cual inevitablemente se transformo al tema de la psicología del mexicano lo cual mas tarde se convirtió en la idiosincracia de los norteamericanos y su imposibilidad de tener una genuina cercanía personalísima que en otroras regiones llamaríamos amistad, pareciera que Jose a pesar de haber vivido mas de 30 años en este país norteamericano nunca hubiera hecho una genuina amistad (considerando que su esposa es gringa) por lo cual insistió en dejarme claro -en un acento que cada vez aceleraba mas en lo chilango de barrio- que las personas que conociera en esta ciudad serian mis conocidos mas nunca unos verdaderos allegados.
Sin embargo Jose no declaro ninguna añoranza por su patria a pesar de contarme historias sobre sus antepasados genuinamente nahautls o su gran resentimiento por lo estadounidenses, por lo contrario pareciera un individuo que había pasado por las asañaz de ser un taxista en la ciudad de mexico, un obrero del cobre en sonora, un enfermero del psiquiátrico San Bernardino y un handy man en LA que no era de aquí ni de alla pero que tampoco tenia ningún interés en en serlo.
Jose a pesar de demostrar su verdadera aferracicion en su acento chilango de chilango de sepa preferia permanecer en una cinica indiferencia que volver a visitar a su pais después de 10 años de haberlo pisado.